domingo, 12 de octubre de 2014

LA POESÍA ESPAÑOLA ANTERIOR A LA GUERRA CIVIL


 

 

 

 

                       TEMA 5 LA POESÍA ESPAÑOLA ANTERIOR A 1936.

 

-    Ya hemos visto como la nueva concepción artística del siglo XX viene determinada por la sustitución del racionalismo por el subjetivismo y el idealismo.

 

-   Si hay un género que nota esta transformación, éste es lírico, pues es el que sirve para la manifestación del mundo interior del poeta.

 

-    El poeta, al hacer una metáfora, ya no cuenta con el mundo exterior. Sobre el parecido o no de dos realidades determinadas primarán sus senti­mientos. Si éstas le producen sentimientos parejos, podrá emparejarías. Usar las palabras por la emoción que producen y no sólo por sus conceptos es consecuencia del irracionalismo verbal, y esto encuentra su mejor manifesta­ción en la poesía.

 

-   El iniciador de esta nuevo espíritu en la lírica española es el poeta nícaragüense Rubén Darío. Para ello se inspiró en los poetas franceses, especialmente los parnasianos.

 

-    Su continuador fue Antonio Machado, aunque éste prefirió el Modernismo más intimista a partir de los simbolistas franceses. Con Machado, va a primar más la emoción y la visión de un mundo personal que la belleza externa del poema.

 

-    Juan Ramón Jiménez supone ya una acentuación del irracionalismo poético. En él aparecen unas imágenes mucho más arriesgadas en cuanto expresión de un mundo interior propio. ello explica que fuera tan admirado por los jóvenes del 27.

 

-    Con la Generación del 27 llega el gran cataclismo lógico a partir del surrealismo, aunque no hay que olvidar que por debajo de esa locura aparente había siempre una justificación expresiva.

 

         1- RUBÉN DARÍO Y EL MODERNISMO

 

             1.1- Definición: Se denomina así al movimiento literario nacido en Hispanoamérica en el último cuarto de siglo XIX como fuerza subversiva contra el mercantilismo de la sociedad burguesa. Fue difundido en España por Rubén Darío a raíz de la publicación de su libro Prosas profanas (1896). Aunque su periodo de auge fue breve, sus logros parecen agotados hacia 1915, su importancia fue decisiva para la evolución de la poesía española, ya que supuso una renovación total de la misma. Fue sobre todo un movimiento poético, aunque se encuentran también ejemplos en la novela y en el teatro.

 

1.2-      Temática: El movimiento modernista supone el rechazo de la realidad cotidiana por considerarla demasiado materialista y regida por los principios burgueses. Ante esta situación, el escritor tiene dos alternativas: crear un mundo imaginario o buscar una respuesta en su interior. Esto hace que la temática modernista apunte hacia dos direcciones:

 

1- La línea escapista: es la más representativa pero la que menos cuajó en España. El poeta se evade de un mundo que no le gusta y se refugia en lugares exóticos y épocas antiguas. Construye palacios, jardines, castillos como un decorado por el que desfilan caballeros, princesas, guerreros legendarios, cisnes, ninfas, centauros, etc No hay límite geográfico: Japón, París, Grecia, etc ni temporal: EM, Renacimiento, siglo XVIII, etc

 

La princesa está triste. - .¿Qué tendrá la princesa?

 Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

La princesa está pálida en su silla de oro,

está mudo el teclado de su clave sonoro,

y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.

Parlanchina, la dueña dice cosas banales,

y vestido de rojo hace piruetas el bufón.

La princesa no ríe, la princesa no siente;

la princesa persigue por el cielo de Oriente

la libélula vaga de una vaga ilusión

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,

o en el que ha detenido su carroza argentina

para ver de sus ojos la dulzura de luz,

o en el rey de las islas de las Rosas fragantes,

o en el que es soberano de los claros diamantes,

o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? (...)

 

2-  Erotismo: serán frecuentes todo tipo de sensuales descripciones de las mujeres, lo cual enlaza con actitudes asociales y amorales.

 

3-  Cosmopolitismo: Ligado con su deseo de evasión está su gusto por viajar por todo el mundo. Esto desembocó en su devoción por Paris.

 

4-  Los temas americanos. En un principio se trató de una manifestación más de la evasión, pero luego fue un intento de buscar las raíces colectivas.

 

5-  Lo hispánico. Esa búsqueda de raíces explica también la entrada de los

temas hispanos frente a la pujanza de EEUU. En Cantos de Vida y Esperanza se exaltan los valores humanos y culturales hispanos frente a la civilización americana.

 

            2- La línea intimista: permite traslucir el malestar del poeta con lo que le rodea: el modernista siente una sensación de desa­rraigo y soledad, lo cual le produce cierta sensación de tristeza y melanco­lía. En este sentido tiene gran importancia la influencia del simbolismo francés. El símbolo es una imagen física que nos sugiere distintos senti­mientos o ideas. Por tanto, el simbolismo es un arte que se propone sugerir todo cuanto esté oculto en el fondo del alma o de las cosas. Esta nostalgia se enmarca en paisajes otoñales o despoblados jardines crepusculares con clara raíz romántica

 

1.3-      Lenguaje: Nunca se insistirá bastante en el enriquecimiento estilístico que supone el Modernismo.

 

            - Para ello, es importante el papel de la influencia francesa a partir de dos movimientos: el Simbolismo y el Parnasianismo.

 

            - El Simbolismo: supone que todo en el universo , físico y espiritual, forma un conjunto armonioso, qu está unido entre sí por invisibles correspondencias y el poeta es quien se encarga de revelarlas. De este modo, una puesta de sol puede verla el escritor como símbolo de la decadencia de los seres.

 

             - El Parnasianismo: nace en Francia durante el segundo tercio del siglo XIX. Su lema es “el arte por el arte”, lo que expresa el desinterés por la intimidad del poeta y los problemas de la sociedad. Es una escuela que instaura el culto a la perfección formal, ya que para sus cultivadores la exterioridad de las cosas es la única realidad válida. Esto les opone a los simbolistas. El poema debe ser como una gran escultura sujeta al ritmo de los versos y las palabras. Esto da lugar a una poesía perfecta formalmente, repleta de efectos estéticos y ornamentales:

 

1-   Uso de colores brillantes: amor lleno de púrpuras y oros

2-   Adjetivación ornamental: ebúrneo cisne, bosque hiperbóreo

3-   Efectos sensoriales como las sinestesias (explicar un sentido con otro): esperanza olorosa, risa de oro, sol sonoro

4-   Uso de cultismos y de voces exóticas: unicornio, dromedarios, gobelinos

 

            Las innovaciones más llamativas corresponden a la métrica, pues se buscan nuevos ritmos, pues al arte de la sugerencia del Simbolismo le convenía un lenguaje fluido y musical:

 

1-   El verso preferido es el alejandrino, aunque enriquecido con nuevos esquemas acentuales.

2-   Cultivo del dodecasílabo por influencia francesa

3-   Se intentó imitar el ritmo del hexámetro latino.

4-   Innovaciones en la estrofa: se escriben sonetos en los más variados versos, sobre todo alejandrinos.

 

1.4- Modernismo en España: El Modernismo español se orienta más hacia la línea intimista, con menos alardes formales. Menos parnasiano y más simbo­lista. Sus dos máximos representantes en poesía fueron Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez en sus primeras épocas.

 

1.5-      Rubén Darío: (1867-1916) Aunque nació y murió en Nicaragua, pasó gran parte de su vida fuera de ella.

 

-   Suelen diferenciarse dos etapas en su obra:

 

1-    Una primera presidida por una irresistible atracción por el componente sensual del amor. Los sentidos son los protagonistas absolutos de los poemas de esta primera época, a la que pertenecen Azul y Prosas Profanas.

 

-   Su primer libro importante fue Azul (1888) que supuso una influencia directa del Parnasianismo francés.

 

-    En 1896 aparece Prosas Profanas, libro fundamental del Modernismo hispánico que deslumbró tanto por las innovaciones métricas como verbales Sigue predominando la influencia del Parnasianismo: elementos colorísticos y ornamentales, motivos exóticos, sensualismo, versos de origen francés como el alejandrino y el dodecasílabo.

 

En definitiva, este libro supone una búsqueda incesante de la belleza.

 

2- Una segunda donde el amor deja de cantarse jubilosamente para hacerlo dentro de una preocupación por el paso del tiempo y la imposibilidad de alcanzar la eternidad.

 

El libro representativo de  esta etapa es Cantos de Vida y Esperanza (1905), sin lugar a dudas su libro más profundo.

 

gusto refinado y la musicalidad del verso. Lo que sí hay es una disminución de las alusiones mitológicas y de los mundos exóticos.

 

Por un lado existe una línea existencial donde expresa su tensión interior por la búsqueda de una fe que no tiene. El poeta se nos presenta en un continuo estado de remordimiento y aunque intenta huir de sus pecados, no lo consigue: “Lo fatal”

 

Por otro, se ocupa de los problemas inmediatos del mundo hispánico. Reivindica la espiritualidad hispánica frente al materialismo e imperialismo yanqui.

 

                                         2- ANTONIO MACHADO

 

2.1- Vida: Nace en Sevilla en 1875, aunque su familia se traslada en1883 a Madrid, donde estudiará en la Institución Libre de enseñanza.

 

En 1899 se traslada con su hermano Manuel a París donde entra en contacto con la vida literaria parisiense. Allí conoce a Rubén Darío en 1902.

 

Vuelve a Madrid y en 1903 publica Soledades, que le revela como un gran poeta.

 

En 1907 obtiene la cátedra de Francés en el Instituto de Soria. Allí pasará una etapa fundamental de su vida. En 1909 se casa con Leonor Izquierdo, una joven de 16 años. El matrimonio durará poco, ya que ella morirá tres años más tarde. Soria, Castilla y Leonor cambiaron su modo de entender la vida y la poesía. Se sintió parte de la naturaleza castellana y de los castellanos.

 

Machado se traslada a Baeza y en 1919 a Segovia. Conoce a Pilar Valderrama, la Guiomar de sus últimos poemas amorosos.

 

En 1931 se traslada a Madrid, donde le sorprende la guerra. Firme partidario de la República, se refugia en Francia con su madre, concretamente en Collioure. Allí muere el 22 de febrero de 1939.

 

2.2- Personalidad: Fue un hombre introvertido y tímido, lo que le destinó a la soledad. Pero es también un hombre sediento de calor humano y de amor. Es por ello por lo que sus versos nos descubrirán sus sueños de amor, marcados casi siempre por el sello de lo imposible, del fracaso y de la frustración.

 

Quienes le trataron evocan su gran sensibilidad, su discreción y su modestia. Fue como él mismo se definió “un hombre bueno en el buen sentido de la palabra”. Se educó dentro del

liberalismo reformista. Decisivos en su educación fueron seis cursos en la Institución Libre de Enseñanza, que había surgido en 1876 como una alterna­tiva a la anquilosada enseñanza oficial.

 

En aquellas aulas vio, sobre todo, ejemplos de tolerancia y de espíritu crítico, amor al trabajo y un ferviente anhelo de regeneración de España.

 

Sin embargo, con el tiempo, Machado avanzará hacia posturas más progresistas y revolucionarias. Primero en Soria y luego en Baeza se enfrenta con la decadencia y las injusticias de la sociedad española.

 

En los años siguientes, observará con simpatía los crecientes movimientos obreros, aunque siempre opondría reservas al marxismo.

 

En los momentos dramáticos que vive España de 1931 a 1939 proclamó su fidelidad a la República.

 

En cuanto a sus ideas religiosas, por su educación laica no estaba llamado a ser creyente. Sin embargo, su constante meditación sobre los enigmas del hombre y del mundo le llevó a enfrentarse con los problemas del sentido de la vida humana, del más allá de la muerte, de Dios. Así, en su obra hay abundantes testimonios de su sed de Dios. En esa lucha entre esa sed de Dios y la falta de fe parece debatirse Antonio machado toda su vida.

 

2.3- Trayectoria poética: - En los años que triunfa el Modernismo, aparece Soledades (1903) y luego, suprimidas algunas composiciones y añadidas muchas más, Soledades.Galerías y otros poemas (a partir de ahora lo denominaremos SGOP)(1907). El suyo poco tiene que ver con el Modernismo superficial y colorista, sino que es un modernismo intimista que nos recuerda Bécquer o a Rosalía de Castro. (Ver estudio monográfico de SGOP) El libro nos presenta a un ser triste y cansado, lleno de hastío, amargura y monotonía.

 

Es característica de Soledades la forma de diálogo: con las estaciones, el amanecer, la noche, etc que aparecen personificados y a los que la voz poética formula preguntas para las cuales a menudo no hay respuesta

 

            - Su siguiente libro fue Campos de Castilla (lª ed. 1912, 2ª ed 1917): Lo que aporta de nuevo este libro son, por un lado, los cuadros del paisaje y las gentes de Castilla y, por otro, las meditaciones sobre la realidad española.

 

En cuanto a lo primero, Machado no sólo nos da un retrato físico de una tierra, sino una interpretación del alma de esa tierra en sintonía con su propia alma. Así recoge, sobre todo, lo que va en dos direcciones: de una parte, lo pobre, lo adusto, lo austero, lo melancólico; de otra, lo recio, lo duro, lo fuerte. Es, en palabras suyas, la “Soria, mística y guerrera”.

 

Además, y por esa misma identificación con el paisaje, Machado seleccionará preferentemente todo cuanto sugiera soledad, decadencia, fugacidad y muerte. De tal modo es así que sus versos podrán incluso transmitir, con realidades exteriores, aquellas constantes obsesiones de Machado que conocemos desde Soledades.

 

La otra línea es la de la preocupación patriótica, que llevó a algunos a adscribir a Machado a la generación del 98. En la primera edición del libro, en poemas como “A orillas del Duero” o en “Por tierras de España” Machado se lamenta del abandono y atraso de la tierra castellana y española por extensión en relación a un pasado glorioso que ahora sólo es un recuerdo.

 

En poemas luego añadidos en la edición de 1917 muestra su fe en otra España con la que se siente comprometido: “Del pasado efímero”, “El mañana efímero”, “Una España joven”, “Desde mi rincón”, etc. Por otro lado, en Andalucía ve los más agudos ejemplos de desigualdad social. Ello derivará en una indignación que dará lugar a toda una serie de poemas satíricos acerca de la vida cotidiana andaluza en concreto y española en general.

 

También en esta segunda edición hay que destacar los poemas de la serie de Leonor. En ellos, Machado vuelve a la línea intimista más dolorida. Primero (aún vivía Leonor) expresará su esperanza en que se recupere, después será el intenso dolor de la llegada de la muerte y, por último, la soledad, la lucha del corazón con la cabeza por creer que hay algo más allá de la muerte y el refugiarse de nuevo en los sueños.

 

Por otra parte, inicia un tipo de poemas brevísimos que integran la serie “Proverbios y cantares”. Son unas veces, chispazos líricos, otras filosóficos. La mayoría surge de sus preocupaciones de siempre.

 

Doce años tardará Machado en publicar su siguiente libro: Nuevas canciones (1924). Ya durante su estancia en Baeza se había dedicado durante mucho tiempo al estudio de la filosofía y a expresar sus propias reflexiones filosóficas en aforismos, algunos de los cuales aparecen ya en la segunda edición de Campos de Castilla

 

Hay en este libro una línea descriptiva pero las tierras andaluzas no sacuden su sensibilidad como hicieron las de Castilla. Es sintomático que sólo cuando evoca a Soria se remonta su inspiración.

 

Lo más característico es el centenar de nuevos “Proverbios y cantares” donde lo lírico ha dado paso a lo conceptual. Suelen ser sentencias o pensamientos, a veces oscuros, en ocasiones triviales, aunque algunos encierran intuiciones profundas. En general, emplea formas populares, ágiles y rápidas con lograda soltura y gracia.

 

En los años posteriores a 1924, su producción poética es más bien escasa, pues cultiva más la prosa. No publica independientemente ningún nuevo libro de versos, sí diversas ediciones de sus Poesías completas (1928, 1933, 1936) con algunos poemas añadidos cada vez. Entre ellas cabe destacar “Las canciones de Guiomar”, testimonio de su nuevo y tardío amor.

 

Pero Machado encuentra pocas veces ya su inspiración de antaño. La nueva estética vanguardista parece paralizarle.

 

Cuando estalla la guerra, machado quiere ser el poeta de la España republicana. Surgen así sus Poesías de guerra, una veintena de composiciones, entre las que destaca “El crimen fue en Granada”, desgarradora elegía a Federico García Lorca.

 

2.4-      Estudio de Soledades. Galerías. Otros poemas

 

2.4.1- Introducción: Entre 1898 y 1902 compone su primer libro, Soledades, publicado a principios de 1903. Era un conjunto de cuarenta y dos poesías.

 

En 1907 publica la segunda edición bajo el titulo Soledades. Galerías. Otros Poemas. De los cuarenta y dos poemas de la primera edición, sólo se mantienen veintinueve. En cambio, hay más de sesenta poemas nuevoa.

 

Los poemas suprimidos son aquellos en que se apreciaba un Modernismo más extremo. Por el contrario, en los nuevos poemas se observa un gran avance en la línea intimista.

 

2.4.2— Estilo: Plano semántico: Es un lenguaje aparentemente sencillo, pero que, debido a su trascendencia simbólica, no siempre resulta fácil comprenderlo. A pesar de que algunos poemas comparten el gusto modernista por el colorido y los efectos sensoriales, en líneas generales se aleja del modernismo más superficial. Así, su léxico es revelador de su mundo interior, por lo que abundan las palabras que indican vejez, decadencia, muerte, oscuridad o colorido apagado. La adjetivación casi siempre tiene una función significativa, y pocas veces es una simple ornamentación.

 

Así, SGOP se encuentra en la línea del modernismo intimista, de raíz simbolista, que en ocasiones nos recuerda a Bécquer y Rosalía.

 

Frente al Parnasianismo, orientado hacia la belleza externa y la perfección formal, el Simbolismo se propone ir más allá de lo sensible.

 

Para los simbolistas, la realidad encierra, tras sus apariencias, significaciones mucho más profundas que el poeta debe saber captar, en sintonía con su propia alma. Ante un paisaje, por ejemplo, el simbolista, descubriendo lo que late bajo las apariencias sensibles, traducirá la correspondencia de ese paisaje con su alma.

 

Por tanto, los símbolos son imágenes físicas que sugieren algo no perceptible físicamente: una idea, un sentimiento, una obsesión, etc

 

De esta forma, el tema no lleva el papel principal en el poema. Se limita a servir de medio o mero soporte de las emociones, las cuales protagonizan en realidad la obra.

 

Así, los paisajes de SGOP son vistos a través del sentimiento, y, a su vez, el sentimiento nos llega a través de ese paisaje. La hondura y la belleza de muchos poemas de SGOP tienen mucho que ver con esa relación paisaje—alma que Machado establece.

 

No resulta fácil decir qué fue antes: el paisaje o la emoción. A veces parece que el sentimiento se originó por la contemplación de un paisaje, otras, parece que la emoción ya estaba en él y que luego la funde con el paisaje que tiene ante sus ojos. Incluso puede ser que el paisaje sea inventado, un simple medio de comunicar con efectividad su sentir.

 

En definitiva, paisaje y alma coinciden en el poema, se funden casi hasta ser una misma cosa.

 

El símbolo es básico para Machado, pues le permite expresar realidades del espíritu y de la conciencia humana que no tienen una traducción directa en palabras ni conceptos lógicos

 

Especial importancia tienen los símbolos pertenecientes al mundo natu­ral, los cuales conforman un paisaje que se corresponde con el alma del poeta:

 

La fuente: Puede simbolizar las ilusiones del poeta (VII, LIX) Pero también la ausencia de ellas (VI)

 

El agua: Cuando corre simboliza el paso del tiempo, pero también puede simbolizar la soledad cuando en el silencio sólo se oye el ruido del agua cayendo (XIII, XCIV). Algo similar ocurre con el viento (XI).

Los ríos son vistos como nuestra vida encaminada a la nada (XIII)

 

             Cuando está estancada simboliza la quietud de la muerte (XXXII) La tarde: Es el momento del día con el que mejor se identifica Machado por todo lo que tiene de decaimiento y de premonición de muerte. Su estado animico melancólico y triste encuentra su mejor forma de expresión en el crepúsculo (XCIV, LIV, XIII, XI, VI, LXXX)

 

Muchas de las tardes son de verano pero no por ello son vistas más positivamente: al ser más prolongadas hacen más grande el estado melancólico del poeta. Por otro lado, al pasar tan lentamente se acentúa el hastío y el aburrimiento del poeta (XVII, XLVIII)

 

El alba y la primavera: Por el contrario, la mañana aparece en los pocos momentos de ilusión del poeta (XXXIV, XLIII)

 

El camino: Casi siempre se utiliza como símbolo de la vida. Él es muchas veces un caminante que recorre los caminos de la vida (XI)

 

Otros símbolos importantes son:

 

La noria: Simboliza el movimiento de la mente que gira obsesivamente en torno a unos problemas nunca resueltos (XIII, XLVI, LX)

 

Las galerías: Son las galerías, los caminos ocultos de su alma (LXXXVII) Machado busca conocerse buceando en su alma, en sus recuerdos, en sus sueños (LXI). Como vimos al hablar del sueño, recuerdo y sueño se confunden en la intimidad de Machado (XCV)

 

Los espejos tienen también relación con la intimidad del poeta, que se mira en ellos buscándose a sí mismo (XXXVII)

 

Las abejas: Simbolizan la labor recreativa del poeta que sabe utilizar las penas para escribir sus poemas (LXXXVI) o para recrear sus tristes recuerdos (LXI) Incluso para recuperar la fe (LIX)

 

Una de las características más destacadas de Machado es su tendencia a eliminar la anécdota. Así, en los poemas de temática amorosa desconocemos casi siempre los detalles concretos: ¿quién es la amada? ¿qué ha ocurrido entre ellos?, etc. Esto es así porque lo que realmente le interesa a Machado es expresar su emoción íntima. En el poema XV el lector comprende el sentimiento de desolación del poeta ante la ausencia de una mujer, pero desconoce quién es ella y por qué está ausente.

 

Plano morfosintáctico: Desde un punto de vista sintáctico el estilo de SGOP no es demasiado complejo. Caben destacar dos aspectos: los enca­balgamientos y los hipérbatos.

 

Machado utiliza mucho el encabalgamiento (continuación del sentido de la oración en el verso siguiente) con una finalidad expresiva. Por ejemplo, dota de mayor importancia significativa a sintagmas que sintácticamente no lo tienen: Deshójanse las copas otoñales/del parque mustio y viejo. Aquí el CN parque mustio y viejo es significativamente importante, pues Machado lo utiliza como símbolo de paso de tiempo. Su posición tras la pausa de final del verso anterior consigue dotarle de una importancia que sintácticamente no tiene al depender del nombre copas.

 

En cuanto a los hipérbatos (cambio en el orden sintáctico lógico), no son demasiado forzados. Uno de los más utilizados es el que consiste en anteponer el CC al verbo. De esta manera se le dota también de una mayor importancia expresiva: En la glorieta en sombra está la fuente. En este verso, Machado utiliza símbolos de muerte, de ahí que el CC de lugar En la glorieta en sombra tiene mucha más importancia de la que en teoría tienen los CC de lugar. Esto explica que se anteponga al sujeto fuente.

 

2.4.3—      Temas: Ante todo, buscará la hondura y la autenticidad, y, en coincidencia con el Simbolismo, intentará transmitir las palpitaciones de su alma a la vez que recoge las del mundo exterior.

 

Por tanto, la temática girará en torno a hondas cuestiones como el tiempo y el fluir de la vida humana, la muerte, el más allá, etc Con estos temas se engarzan otros como la infancia perdida, el amor, los sueños, etc

 

En consonancia con estos temas, los sentimientos que dominarán el libro serán la melancolía, la soledad, y el hastío.

 

             1- La falta de amor: El tema del amor da a su poesía momentos muy intensos.

 

El tono de tristeza que domina en muchos de sus poemas tiene su origen en la falta de amor, lo cual enlaza con otros de los temas recurrentes: la nostalgia de la primera juventud: LXXXV, XXXIII

 

Son también significativos los poemas en que indica que las mujeres se interesaban muy poco por él: XIX, LXVII

 

Más interesante es el grupo de poemas en los cuales Machado al parecer recuerda una triste historia de amor suya, la cual es muy probable que tuviese lugar en Sevilla en 1898: X, XV, LXXII

 

En muchas ocasiones es más bien un amor soñado, más que real: LII

 

Pero también hay lugar para la esperanza: en el LXXX sobre la tristeza que inunda el poema aparece, de pronto, el brillo de una esperanza, pero es una esperanza remota, más bien sólo es un sueño de amor.

 

             2— La juventud perdida: Cierto que Machado no era viejo todavía, pero se sentía viejo. Evocaba con nostalgia su juventud primera porque aunque ésta fuera también triste y tampoco tuviera un verdadero amor, aún tenía esperanzas, posibilidades. Ahora, en cambio no espera nada, su soledad es completa, y por eso se siente acabado, vencido. En el poema LXXXVI al mirar al ayer, no encuentra sino dolores y flores amargas, pero esos sufrimientos pasados los contempla casi con nostalgia al compararlos con las penas que ahora amenazan destruirle.

 

La poesía 1, “El viajero” Machado se identifica con ese viajero silencioso al que recordaba

 

El poema LXXXVII es una mirada nostálgica hacia su infancia, cuando era guiado por su madre y no se sentía perdido.

 

El poema VII es hace también referencia a la nostalgia de la infancia cuando el poeta todavía tenía ilusión por alcanzar “los frutos encantados” que le ofrecía la vida.

 

-    El poema XLIII da también la sensación de que el poeta ha dejado pasar la juventud sin disfrutarla y ella no vuelve a pasar otra vez. Idea semejante se expresa en el poema XCV.

 

El poema LXXIV rezuma también una gran melancolía ante la ausencia de la juventud.

 

Pero también aparece el hastío cuando Machado evoca la niñez: V. Machado descubrió que esas tardes de monotonía que siendo ya adulto le eran tan conocidas, las había ya él vivido siendo niño

 

             3- La angustia existencial: Acompañó siempre al poeta.

 

En el poema LXXVII Machado se asombra de una angustia que siempre le acompaña, y, recordando,, encuentra que la causa es haberse sentido desde niño perdido en el mundo.

 

La poesía LIX el poeta nos habla de su sueño de Dios.

 

            - Son numerosísimos los poemas donde nos habla de una angustia existencial permanente:el LXXVII son dos momentos de una misma meditación, pues en un primer momento no se llega a una conclusión certera, siendo luego cuando al poeta se le revela la verdadera índole de su angustia; el LXXVIII es un sobrecogedor poema sobre el tema de la muerte, que es vista como el fin del mundo; el LXXIX es otro espléndido poema sobre la angustia existencial donde hay una absoluta adecuación del paisaje con el estado anímico del poeta.

 

Como dijimos al hablar del símbolo, es frecuente que Machado objetive su angustia y su obsesión por la muerte en la descripción de paisajes: XXXII,

XCIV

 

De todas formas, no está siempre claro el motivo de su melancolía y su tristeza. Se limita a hablar de que no es nueva, que es la de siempre, pero nada se nos dice de su motivo: VI

 

             4— Los sueños: La palabra “sueño” tiene distintos sentidos en el lenguaje de Machado.

 

El más utilizado es el ensoñación, fantasía. Estos sueños debieron absorberle en su primera juventud.’ En sus primeras poesías parece no sólo estimar los sueños como un gran consuelo en medio de su triste vida, sino incluso considera éstos como un buen sustituto de la vida. En el poema LXX nos dice que no importa cómo sea la realidad de la vida, pues él siempre tiene a mano sus sueños. En el XXVII dice que el sueño le salvará del hastío y la soledad.

 

Sin embargo, en las últimas poesías indica que no se sentía contento ni orgulloso de haber soñado tanto, en vez de haber vivido. En el poema XXII los considera un consuelo algo triste y melancólico. En el LXII dice cómo tarde o temprano despertaremos de nuestro sueño y ni siquiera lo recordaremos. En el LXIX nos dice que los sueños terminan desapareciendo.

 

En el XXXIV habla de lo frágiles que son sus sueños actuales.

 

También hay sueños productos de dormir, aunque pueden ser inventados por el poeta: LIX, LXIV

Con frecuencia los objetos que contempla sueñan. Al decir esto, generalmente parece querer decir que reposan, que están como esperando en silencio, que están carentes de vitalidad: XCVI, XLVI, XXVII, XXXII, VII.

 

Por otra parte, sus recuerdos son también soñados. Para entender esto hay que conocer las ideas de Bergson, filósofo francés que influyó mucho a Machado, para quien la razón no puede captar la auténtica existencia, ya que ésta es continuo movimiento. Pensar lógicamente es abolir el tiempo, suponer que no existe. La razón puede descubrir la esencia de las cosas, lo que tienen de inmutable, pero es incapaz de apresar el movimiento del existir concreto. La razón podrá decir que el hombre es un animal racional, pero se quedará en esta idea tan general sin captar lo individual y concreto de cada hombre, será incapaz de recoger ese continuo cambio que supone la vida de cada cual. Según esto, distingue dos tipos de pasado:

 

1— Pasado histórico: el que ha pasado realmente y se mide cuanti­tativamente.

 

2—     Pasado apócrifo: el que vive en la memoria de alguien y, por tanto, que no puede ser fijado ni recordado, ya que actúa en una conciencia que, al ser presente, está sometido a constante cambio.

 

A Machado sólo le interesa este pasado. Como no puede ser recordado, la única solución es soñarlo, que no es más que corregirlo y depurarlo a nuestro gusto. El propio Machado califica alguna vez de sueños sus recuerdos: en el LXI nos dice que sólo el poeta puede transformar el triste recuerdo en un bonito sueño. En el XCV repite la misma idea: transformar el pasado triste en un alegre recuerdo.

 

En ocasiones Machado se sentía como perdido, por lo que la realidad se le presenta como en sueños y los objetos se le aparecen envueltos en un aire de irrealidad: LXXVII, XI, LXXXVII

 

2.4.4— Métrica: No fue un gran innovador en sus formas métricas. Su métrica no es demasiado variada. Los más usados son el octosílabo, endeca­sílabo, dodecasílabo, alejandrino, eneasílabos y el decasílabo.

 

    Lo que si existe es una gran variedad en la disposición de sus versos y sus estrofas, en busca de nuevos efectos rítmicos.

 

Las estrofas más empleadas: cuarteto, serventesio, redondillas (abab), quintetos, romance y silvas romance.

 

Tiene especial preferencia por la rima asonante, ya que es mucho más adecuada para el tono intimista de sus poemas. Destaca el uso de la silva— romance (combinación de heptasílabos y endecasílabos rimando los pares en asonante)

 

Aunque tampoco faltan las composiciones en rima consonante: uso de la redondilla, en versos de doce silabas (XLIII, LIII), en alejandrinos (XVII), en endecasílabos y heptasílabos (1, XCI), en dodecasílabos (XLIII, LIII, LII). Incluso en tres poemas como el XIII, el XVIII y el IX experimenta con versos de dieciséis sílabas.

 

                                                           3- LA GENERACIÓN DEL 27

 

             3.1- Definición:           En los años veinte se abrió paso a una excepcional promoción de poetas que condujo a las letras españolas a uno de sus momentos más brillantes. El nacimiento de estos poetas en fechas cercanas, la amistad, las influencia y el intercambio cultural entre ellos hicieron que Dámaso alonso divulgara la expresión generación del 27.

 

             La justificación más clara de la existencia de un grupo de amigos la otorgan las actividades comunes que desarrollan hasta 1936: participan en las mismas revistas poéticas, acuden a las mismas reuniones, entre las que destacan las de la Residencia de Estudiantes, que se convierte en principal núcleo de relación. Lorca llega desde Granada en 1919, allí estaba Emilio Prados y, en 1924, es también lugar de encuentro con Rafael Alberti, con el que ambos entablan una estrecha amistad. Allí viven también por entonces Luis Buñuel y Salvador Dalí, compañeros en inquietudes estéticas. La Residencia era un lugar de encuentro de intelectuales y artistas de todas las tendencias, lo cual tuvo que ser un estímulo para ellos.

 

El otro núcleo geográfico del que parte la generación está en Sevilla. No olvidemos que la mayor parte de estos poetas son andaluces. Pedro Salinas llega a Sevilla el año 1918 para ocupar su cátedra en la universidad. Allí tomará contacto con otro joven poeta, Luis Cernuda, que será también, con el tiempo, integrante de la generación.

 

Pero entre las distintas actividades comunes, la más destacada por la crítica es la que se produce en el año 1927 en Sevilla. Es el centenario del nacimiento de Luis de Góngora. Desde Madrid han viajado juntos Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Rafael Alberti. En este homenaje recuerdan a Góngora, representante de la imagen y la exigencia formal, al que la crítica académica aún no entiende. Contra el olvido institucional y académico, estos poetas inician su combate para reivindicar su figura: estudios, ediciones críticas de sus obras, homenajes, conferencias, etc

 

             Esta fecha no sólo es importante porque en ella se produzca la presentación colectiva del grupo en la sociedad literaria, sino por lo que representaba Góngora en la ideas estéticas del grupo. El hermetismo de la obra de Góngora coincide plenamente con la predicación de Ortega sobre la necesidad para el poeta puro de mantener rigurosamente alejadas vida y literatura. Sus oscuras y brillantes imágenes fascinaron a quienes convirtieron casi en culto el cultivo de la metáfora.

 

Sin ningún género de dudas, una de las cosas que más les distingue es su respeto por la tradición.

 

El grupo del 27 no se levanta contra nada, sino que pretende hacer síntesis entre la renovación y su profundo conocimiento de los clásicos. Su labor innovadora no les llevó a renunciar a sus antepasados. Su amor por los clásicos era inmenso: Góngora, Garcilaso, Fray Luis, San Juan de la Cruz, Bécquer etc. Especialmente importante es su veneración por las formas populares como el Romancero, que está muy presente en Lorca y Alberti. Pero sin lugar a dudas, fue Juan Ramón Jiménez el maestro indiscutible en sus primeros años. Él fue quien les publicó sus primeros poemas en revistas suyas. Así se explica que en sus poemas se encuentre la sencillez de la poesía popular y el atrevimiento y complejidad de los hallazgos vanguardistas.

 

            - Si hasta entonces ya venían escribiendo en las mismas revistas (Revista de Occidente, Índice) a partir de ahora van a aumentar sus colaboraciones. Algunos incluso fundan sus propias publicaciones: en 1927 Prados y Altolagui­rre fundan Litoral en Málaga.

 

             - Lo que parece caracterizar al grupo, al menos durante los años veinte y los primeros treinta, es la unanimidad. Da la impresión de que lo que cada uno hace o piensa lo comparten o aprueban todos.

 

             - Lo cual no impide que el grupo del 27 se caracterice ante todo por la variedad, debido a la intensa personalidad artística de sus componentes. Esto explica las grandes diferencias que existen entre unos y otros, siendo el único elemento común el cuidado del lenguaje poético.

 

             - De cualquier forma, aun teniendo en cuenta esta variedad, veamos hasta qué punto puede establecerse una misma evolución poética al menos hasta el estallido de la guerra civil.

 

             3.2- Etapas     - Primera etapa: hasta 1927: Tras los primeros influjos vanguar­distas (ultraísmo), cuyo mejor ejemplo es Imagen de Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez los va a orientar hacia la poesía pura, que supone un anhelo de depurar el poema de la anécdota humana, renunciando a cualquier emoción que no naciera de la perfección formal. Se concibe el poema como un artefacto elaborado con cuidado y precisión, destinado a desencadenar emociones intelectuales.

 

             - Los poetas del 27 van a llevar hasta el último extremo el desdén por la poesía con argumento, por la poesía sentimental y realista.

 

             -  El gran instrumento de este arte puro es la metáfora deslumbrante, que han aprendido de Gómez de la Serna y de otros vanguardistas.

 

             -  Esto explica su admiración por Góngora, con quien compartían la idea de que la realidad por si misma es antipoética, lo cual conduce a su enmascaramiento mediante la metáfora.

 

Y también explica su escaso interés inicial por aquellos poetas que contaminaban en exceso sus obras con sus reflexiones religiosas, sentimentales o políticas: Unamuno, Machado, Quevedo.

 

             La mayoría de los poemas de esta época son herméticos y de difícil interpretación

 

            - Segunda etapa: de 1927 a la guerra civil: Naturalmente, esta actitud no podía ser mantenida por mucho tiempo, ya que el poeta, si espera a que su obra permanezca, no puede nutriría sólo de elementos formalistas. Por eso, llega siempre el momento en que el poeta vuelve a la realidad, de donde va a tomar los elementos que han de servir de materia a su poesía. Y así, los poetas del 27, llegados a su plena madurez, comienzan a sentirse un tanto cansados de las aventuras formalistas y fueron poco a poco alejándose de esa actitud purista y estetizante.

 

             - Se inicia así un proceso de rehumanización de su lírica, que coincide con la irrupción del Surrealismo. Pasan ahora a primer término los eternos sentimientos del hombre: el amor, la inquietud existencial y también las preocupaciones políticas, pues los nuevos tiempos (caída de la Monarquía e implantación de la República) han traído nuevos problemas.

 

             - Alberti dice en 1931: “Antes, mi poesía estaba al servicio de unos pocos. Hoy no. Lo que me impulsa a ello es la misma razón que mueve a los obreros y a los campesinos, o sea, una razón revolucionaria”

 

Lorca diría en 1936: “Ningún hombre verdadero cree ya en esa zarandaja del arte puro (...) En este momento dramático del mundo, el artista debe reír y llorar con su pueblo”

 

En tales circunstancias, el surrealismo llegó a ser algo más que estímulo para la libertad de imaginación: se convirtió en un excelente medio para expresar una rebeldía contra la sociedad y contra las bases sobre las que se sustentaba.

 

             - Tercera etapa: después de la guerra civil: El final de la guerra supone la dispersión del grupo: Lorca ha muerto en 1936, los demás, salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, se exilian.

 

A partir de entonces, cada uno seguirá su propio rumbo poético, pero sin abandonar ya los caminos de una poesía cada vez más humana.

 

El grupo se ha dispersado pero no se ha roto la amistad entre ellos. Los que quedan en España cumplen un labor de enlace entre los desterrados y los poetas más jóvenes del país.

 

Puede decirse que la mayor parte de la creación poética de autores tan representativos como Guillén, Alberti o Aleixandre tiene lugar tras la guerra civil cuando cada uno de ellos alcanza su personal madurez.

 

En el exilio, el tema del compromiso político va a continuar y poetas que no habían escrito en este sentido lo van a hacer ahora: Guillén con parte de Clamor y Salinas con poemas como “El viento y la guerra”. A esto se une el tema de la nostalgia por la tierra perdida.

 

En España la poesía deriva a un humanismo angustiado, de tonos existenciales: Hijos de la ira de Dámaso Alonso (1944)

 

-    La década de los sesenta supone el ocaso del grupo: Salinas ha fallecido prematuramente en 1951, Altolaguirre lo hace en 1959, Prados en 1962 y Luis Cernuda en 1963. Los demás han ingresado ya en la vejez, lo cual se vaa reflejar en sus respectivas obras.

 

Serenidad ante la muerte y la vejez son las notas características de la poesía escrita por Guillén, Alberti, Aleixandre, Gerardo Diego y Dámaso Alonso en los últimos años de su vida.

 

La concesión del Nóbel a Aleixandre en 1977 supuso la confirmación de la calidad poética de un grupo que ha dado a la lírica española una nueva Edad de Oro. Tras este reconocimiento vendrá el de España, ya que obtienen sucesivamente el Premio Cervantes Guillén en 1977, Alonso en 1978, Diego en 1979 y Alberti en 1983.

 

-    Aleixandre y Guillén mueren en 1984, Gerardo Diego en 1987, Dámaso Alonso en 1990 y Rafael Alberti en 1999